"Todos tenemos antepasados que ejercieron una influencia positiva y buena en nuestras vidas, y ayudaron a conformar nuestro futuro. En la oración, recogemos y entregamos a Dios tanto lo positivo como lo negativo”
Sabemos que existen situaciones que solo Dios conoce, acaecidas a lo largo de los años, que han dejado huellas de impregnación negativa en lugares y personas. Eso puede afectarnos profundamente y obstaculizar…
Cada vez que leemos los Santos Evangelios, meditamos o contemplamos escenas de la vida de Jesús y de la Virgen María, la vida de Dios se va irradiando en todas las áreas de nuestro ser, sanando heridas..