Los comentarios de este Vía Crucis son breves y sencillos, para que puedan resultar inmediatamente comprensibles por todos, y están empapados de la Palabra de Dios.
El libro que el lector tiene en sus manos no es un comentario exegético, ni un ensayo más, ni un relato de ficción, ni un tratado espiritual sobre el evangelio de san Juan, aunque pueda llegar a contener algo de todo eso.
El autor presenta a Jesús, desde su primera peregrinación a Jerusalén hasta su muerte y su resurrección. La humanidad sigue sigue soñando con alguien qure le enseñe a moverse en el laberinto de la angustia y que, sobre todo, le muestra la puerta de salida.